Terapia Regresiva

Nacho Romón

En la Terapia Regresiva el consciente y el inconsciente se dan la mano, y con ello retomamos el camino del autoconocimiento.

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Como le digo a mis alumnos, la Terapia Regresiva a veces parece mágia, pero no lo es.  

 

Esta terapia, tal y como yo la considero, tiene cuatro pilares básicos. El primero tiene que ver con el consciente, el aquí y ahora que es donde debemos vivir. El segundo comprende todos los aspectos inconscientes y su asociación con el consciente. El tercer pilar abarca todos los bloqueos energéticos que afectan al paciente, y su significado. El cuarto, y último, comprende la reestructuración de todos aquellos esquemas cognitivos, aprendidos básicamente a través de la repetición, aunque a veces también a través de una experiencia única, y que se despiertan automáticamente por asociación, produciéndonos los síntomas físicos y emocionales. Estos cuatro pilares son fundamentales que se trabajen conjuntamente para el completo restablecimiento de la persona.

 

Para trabajar específicamente con la restructuración de los esquemas cognitivos, el paciente aprenderá diversas técnicas de meditación creativa con el objetivo de potenciar y acelerar el cambio ya iniciado con el trabajo de Terapia Regresiva.  

 

La Terapia Regresiva es una técnica transpersonal, y consiste en traer a la conciencia experiencias traumáticas ocultas y que desde el inconsciente perturban la vida de la persona. Estas experiencias dejan una secuela emocional que queda grabada en lo más íntimo del ser, y se proyectan en diversos contextos y situaciones como miedo, culpa, angustia, sensación de abandono, tristeza y otros sentimientos que se entremezclan, como la ira, el odio o los celos incontrolados.

 

Aprenderás a conectar con ciertos hechos que sucedieron en el útero materno, durante el nacimiento o en la infancia, aunque también pueden haber ocurrido en la adultez, u otros momentos de nuestra existencia (que para algunos son experiencias de vidas pasadas, y para otros, metáforas del inconsciente), y que generaron patrones de comportamiento que te están afectando negativamente en el momento actual.

 

La técnica se realiza induciendo al paciente a un estado expandido de conciencia en el que consciente y el inconsciente se dan la mano. Durante el desarrollo de la sesión el paciente es conciente en todo momento de lo que dice y de la experiencia que vive.

 

El objetivo del trabajo personal basado en Terapia Regresiva es revivir esas experiencias traumáticas, o no entendidas, para adquirir conciencia de estas, agotar todas las emociones que se originaron en ellas y relacionar las decisiones que se tomaron en aquellos momentos con nuestras actitudes en la vida actual para liberarse de ellas, programando nuevas pautas de comportamiento más equilibradas y recuperando nuestra fuerza vital y equilibrio energético, físico y emocional.

 

Estas experiencias no resueltas del pasado producen bloqueos en los puntos energéticos principales de nuestro cuerpo (plexo solar, pecho, garganta, etc.). Estas energías emocionales despiertan a su vez patrones de conducta, mandatos, creencias y sensaciones físicas que condicionan el comportamiento cotidiano, sin tener consciencia de ello. Cuando ante una situación determinada reaccionamos emocionalmente sin poder evitarlo, se debe a que en un nivel inconsciente se está reviviendo una experiencia que se reactivó con la situación presente. Por ejemplo, una persona a la que de pequeña encerraban en una habitación oscura para castigarla, puede desarrollar una claustrofobia. Cada vez que se encuentra en un lugar cerrado puede experimentar la misma angustia y sensación de abandono, por asociación, que sufría en la infancia. A través de la Terapia Regresiva la persona tiene la oportunidad de revivir la experiencia traumática y tomar conciencia del paralelismo con las reacciones físicas, mentales y emocionales, que se repiten en la actualidad.

 

La dinámica de la intervención con la Terapia Regresiva consiste en tomar conciencia de las sensaciones del cuerpo en el momento presente, de manera que durante la terapia la persona tiene conciencia del aquí y el ahora. En este estado no existe el tiempo, y se tiene así la oportunidad de revisar experiencias pasadas y trabajar con ellas hasta desprenderse de aquellos síntomas que le incomodan en la vida cotidiana. Al ser liberada la emoción asociada, se debilita el síntoma.

 

En resumen, esta técnica trae a la conciencia habitual experiencias traumáticas ocultas que perturban desde el inconsciente, influyendo en la vida actual. Al tomar conciencia del origen de la experiencia traumática, se consigue poder manejar las emociones y pensamientos que antes no lograban ser controladas por la persona.